martes, 24 de agosto de 2010

Se me olvidó



¡¡¡Hombreeee, tú por aquí!!! ¡¡¡Cuánto tiempo!!! ¿Cómo dices? ¡Ostras, que buena idea! En cuanto salga del trabajo lo plasmo en el Word.

Mierda, he de llegar rápido. Seguro que si me paro en algún sitio o si ocurre algo, se me olvida. Corre Calisto, corre. Tengo que dejar de fumar. ¿Cuántos cigarrillos he fumado hoy? 1 al salir, otro a media mañana, después de comer, por la tarde, al salir, y este…son 6 pitillos al día…bueno, tampoco son tantos. Pero tendría que hacer algo porque no puede ser que me canse tanto. Y encima aún me quedan las escaleras de casa. Venga un poco más y ya llego, además he perfilado mucho más la idea y tengo ganas de escribirla. Las llaves, ¿dónde están? Aquí. Estos bolsillos son tan pequeños, y encima no sé por qué llevo pañuelos de papel. Se rompen en miles de pedazos y luego no sirven para nada. Aquí está la llave. Ábrete.

Qué calor hace. He de recordar comprar un ventilador. Quiero uno de esos retro, que parecen antiguos. Claro que si compro uno de aquellos que también echan aire caliente me serviría para invierno. Así la estufa la podría tirar. O mejor, se la puedo dar a alguien. ¿Pero quién va a querer esta estufa? Aún me acuerdo cuando la compré, tenía menos dinero que ahora y estaba de oferta. Creo que incluso el bazar donde la compré ya no está. Están quitando un montón de tiendas en aquel barrio. Antes iba mucho por aquel barrio. Primero iba con mis padres, a pasear y ver tiendas. Me encantaba coger el autobús a primera hora de la mañana y llegar a aquel barrio con mis padres y dar vueltas. Cuando mis padres salían a pasear los sábados o los domingos, siempre cogían el autobús a primera hora y luego regresábamos justo a la hora de comer. Luego con el metro ya fue distinto, se tardaba menos y no era tan agradable el trayecto. Lo cierto es que para nuestro barrio la llegada del metro fue todo un adelanto. Aún conservo ciertos recuerdos de los vecinos cortando las carreteras pidiendo que el metro llegase al barrio.

Bueno, voy a poner comida al perro y me pondré a planchar. Después… escribiré alguna cosa o no, no sé…ya veremos. Tengo que hacer la cena y la comida de mañana. Mañana iré al mercado, me apetece comer pescado tanta carne y fritanga no debe ser buena para el cuerpo. Una ducha, sí, eso me irá bien para despejarme, a ver si se me ocurre algo y escribo un rato.

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